Opinión
Los desechables
Lo de la burbuja, son ellos los que tienen que salir de la suya para que entiendan la angustia y el dolor que generan sus políticas de austeridad a la carta, sus concesiones y privatizaciones de los bienes y recursos estratégicos de los ecuatorianos, su abandono a la salud y educación públicas, su indolencia ante la criminal inseguridad que sufrimos.
Nunca como ahora se ha hecho ostensible la brecha entre las cúpulas mínimas de los dueños de la renta nacional y las inmensas mayorías. Con la consigna oficial del “qué chuch…”, destruyeron la estructura económica y social para escamotear los derechos de los demás y esconderlos en el cepo insaciable de su glotonería. Es la ideología de la extrema derecha que se expresa a través de sus voceros, como el secretario de la Administración Pública, ex gerente del “lindo canal”, premiado por sus obsecuentes servicios mediáticos con el cargo diplomático de momia coctelera en el Reino Unido, hoy de regreso a palacio, quien dice: “Nuestra misión como Gobierno es hacer que la gente deje su burbuja. Obtener pasaporte el mismo día, salud gratuita, seguridad, incluso comer 3 veces al día son entelequias inculcadas por un populismo irresponsable”
Lo de la burbuja, son ellos los que tienen que salir de la suya para que entiendan la angustia y el dolor que generan sus políticas de austeridad a la carta, sus concesiones y privatizaciones de los bienes y recursos estratégicos de los ecuatorianos, su abandono a la salud y educación públicas, su indolencia ante la criminal inseguridad que sufrimos. Pero que, con complejo de lacayo, se dispare en contra de la eficiencia en el servicio público que caracterizó a la Década Ganada, con el cuento de que en Europa se demoran más, sólo confirma que en el gobierno de la RC fuimos capaces de romper atavismos tercermundistas para construir un verdadero estado de bienestar, el Sumak Kawsay. Lo cruel e inhumano de los neoliberales se evidencia cuando condenan a que el pueblo aspire a comer 3 veces al día. Sólo la opípara mesa de la oligarquía glotona puede nutrirse de abundantes potajes y manjares. El resto del Ecuador profundo que no “joda” con su “audaz” aspiración de comer 3 veces al día. ¡Qué miseria humana!
Y se rasgan las vestiduras en los escandalosos espacios de crónica roja de sus medios pautados, cuando revelan que menores de edad toman el arma de la delincuencia para asaltar, robar, secuestrar y matar. La única solución que se les ocurre es el endurecimiento de las penas, con prisión perpetua y hasta pena de muerte, sin que al sector oficial le importe las causas que desencadenan esta tragedia originada en la “escuela del delito” en que lo han convertido al País con su abandono. Niños solitarios, cuyos padres y familiares. se han ido por el triste y peligroso camino de la migración porque ya no soportan la pobreza provocada por un sistema fracasado que en su caída quiere arrasar con todo. Las mafias han penetrado el tejido social, apoderándose primero de LOS DESECHABLES, esos niños de la calle a quienes no les dan la más mínima oportunidad. En su vanidad se muestran como cristianos. Sepulcros blanqueados.
Sin salud, sin escuela, sin protección ni futuro, LOS DESECHABLES nos duelen profundamente, ante la indiferencia y ambición de las cúpulas que destruyen los sueños de tanta gente en su egoísta provecho. Dieron de baja a dos narcos, digo a dos generales, frente a la evidencia de que chantajearon con el informe León de Troya para quedarse, pese a la voz presidencial que ordenó ¡se largan! Ni bola le pararon. Ahora si se van.