¡Siempre listos!

Ellos están siempre listos. Son el grupo de neoliberales criollos ofreciendo al gobierno que pronto asumirá funciones, sus servicios y consejos, especialmente en materia económica para una vez más «poner la casa en orden». No sorprende su ofrecimiento porque les atrae y mucho estar cerca al poder.

Hay que reconocer una especial habilidad que les permite construir estrategias para mantenerse muy cercanos a las «delicias del poder». Suelen rotar y dar la vuelta pero permanentemente están muy cerca para dirigir la economía ecuatoriana.

Son también causantes principales de un país inseguro, empobrecido y desempleado. En corto plazo elevaron sustancialmente la deuda pública externa y llevaron la deuda pública total a 80 mil millones de dólares. También destruyeron la inversión pública, desaparecieron la extranjera y estancaron la nacional, asfixiando la generación de empleo formal y consolidando el subempleo.

Son los neoliberales criollos que con sus políticas de letal austeridad y Estado mínimo, volvieron tan selectivo como insuficiente el crecimiento económico que luego de 6 años consecutivos (2017 a 2022) el PIB apenas creció al 0,5% anual.

Son también quienes llevaron el desempleo y subempleo al 65% de la fuerza laboral, anticiparon pagos de deuda externa en medio de la peor crisis y pandemia, hicieron que el ingreso real percápita de los ecuatorianos retrocediera 10 años y convirtieron su poder adquisitivo en el más bajo de la región.

Se trata del grupo de neoliberales criollos a quienes no les importa mejorar las condiciones de pobreza y desigualdad de oportunidades de progreso de millones de ecuatorianos. Consideran que así mismo tiene que ser porque son «costos inevitables del necesario ajuste».

Son los responsables de la nueva y dolorosa migración de personas pobres y quienes pretendieron justificar sus impresentables asimetrías sociales, ofreciendo «poner la casa en orden» cuando lo que dejan es una economía fiscalmente en ruinas.

Son los que ahora intentan justificar toda la destrucción causada, responsabilizando las desgracias y penurias a los subsidios, especialmente al que denominan «subsidio a los combustibles» y a los aportes del 40% que por ley debe pagar el Estado al IESS para contribuir al pago de las pensiones jubilares y redistribución del ingreso.

Ellos saben bien para quién trabajan, también que nada es casual y por eso permanecen ¡siempre listos! Ventajosamente, todo tiene un límite, como cuando Jesús sacó a los mercaderes del templo.