El empleo no depende de la oferta sino de la demanda.

El empleo no depende de la oferta sino de la demanda efectiva. Deliberado o no ese es un error recurrente sobre el que no disciernen los gobernantes ni sus gobiernos. Otorgar beneficios tributarios o reducir impuestos, supuestamente para incrementar la inversión privada y el empleo, no funciona ni nunca ha funcionado en Ecuador, solo mejora las utilidades de grandes empresas. Pero, además, los informes muestran claramente las multimillonarias pérdidas que subsidios disfrazados de «incentivos tributarios», concedidos para supuestamente aumentar la inversión y empleo privados, han causado y causan al Estado ya la gente en Ecuador.

El empleo en general y para los jóvenes en particular, depende de la demanda efectiva de los consumidores. Son los consumidores la fuente generadora de empleo y el verdadero incentivo para mejor la productividad e innovación.

Nadie incrementa la contratación de mano de obra ni la producción de bienes y servicios si los consumidores no tienen suficiente capacidad de compra, es decir, sin una demanda efectiva creciente. Adicionalmente, la ausencia de normativas laborales eficientes y justas para trabajadores y empleadores, perjudica grandemente el crecimiento económico con generación de empleo.

Lo único que funciona es una política económica que impulse un crecimiento económico con empleo y para los que la inversión pública resulta crucial, construyendo servicios públicos de calidad y oportunos, con prioridad en salud, seguridad, educación e infraestructura. El gasto e inversión públicos, especialmente en crisis y en la coyuntura, modifica e incrementa la demanda efectiva y ésta el consumo, crecimiento y empleo, y tal como lo muestra la historia ha sido el elemento crucial para salir de las grandes crisis.

Con excepción del impuesto a la salida de divisas cuya reducción no ha beneficiado absolutamente en nada la inversión privada ni a los consumidores, sino exclusivamente a los grandes importadores y debe ser urgentemente restituido al 5%, así como la creación del impuesto a las grandes ganancias de grandes empresas, Ecuador no requiere incrementar ni crear nuevos impuestos, pero sí colocarlos y proporcionarlos correctamente.