La propaganda de «la flaca»

Por las mañanas, mientras escucho el noticiero, la Secretaría de Comunicación del Gobierno del Ecuador (ya no ‘del encuentro’) me motiva a votar con un spot que pasan en cadena nacional. Es una trama simple, como la de toda cuña publicitaria: dos mujeres de hablar plastificado comentan un partido de tenis al que no ha asistido una amiga de ellas conocida como la ‘Flaca’, y no lo ha hecho porque se ha candidatizado para ser concejala (concejal, según ellas), entonces, al acaso, una comenta “cierto, deberíamos votar por ella”, y luego viene una conveniente explicación acerca de que hay que votar mirando bien si corresponde al distrito correspondiente, como ocurre en algunos cantones.

Obviamente debemos saber si elegimos concejales de uno u otro sector de nuestra ciudad, si es pertinente, sin embargo, en esta cuña publicitaria llaman más la atención otros detalles:

Primero, el modo de hablar, el acento aparentemente ‘neutro’, pero muy típico de las clases pudientes de Quito o Guayaquil. Juegan tenis, además. No están, por decir algo, comprando víveres o llevando a sus hijos a la escuela. Tampoco están en su lugar de trabajo. Y no pertenecen a la clase media ni al sector popular, eso es más que obvio. Se podría decir que es inocente, y hasta puede que sí… pero suena a esas propagandas de cualquier cosa en donde todos son rubios, lo cual nos lleva a preguntarnos ipso facto qué porcentaje de la población lo es en nuestro medio. Acento ‘plástico’ en gente que juega tenis. ¿Esas personas son los votantes corrientes de nuestro país?

Pero no termina ahí. Cuando las dos ‘amiwis’ se acuerdan de la tal ‘Flaca’ y por qué no ha venido a jugar tenis, no se les ocurre mejor idea que decir, como quien no quiere la cosa: “Deberíamos votar por ella” ¿Por qué? Porque es su amiga, solo por eso. El único impedimento para hacerlo sería que no pertenezca al distrito correspondiente. ¿Qué planes, propuestas, ideas, tendencias, ofertas para la ciudad tienen la tal ‘Flaca’ y sus coidearios? No se sabe. No importa siquiera. Lo que importa es que es su amiga, su compañera de partidos de tenis en sus horas de ocio, que son la mayoría. Y que es flaca, tal vez.

El medio es el mensaje, decía Marshall MacLuhan. Y sí. El spot está pensado desde y para una clase pudiente que, mientras el país se cae a pedazos y vive la época de mayor violencia delincuencial de toda su historia, están jugando tenis en el club un día de semana. Ni siquiera les asusta ser víctimas de un secuestro, peor de un asalto o una ‘vacuna’. Por eso mismo, no van a votar por los candidatos o candidatas según sus perfiles políticos o profesionales, sino por lo que verdaderamente importa: que sea una de ellas, la ‘Flaca’, que aparte de ser Flaca, el mayor mérito que ha hecho para ser elegida es ser su amiga. No se sabe a qué lista pertenece. No se conoce, como ya dijimos, sus propuestas, sus ideas, sus ofertas de campaña, aunque sean demagógicas. Eso no importa. Lo que importa es votar por los suyos para poder seguir jugando tenis y hablar como si les hubieran forrado las encías con goma de mascar. Nada más.